Si bien la provincia conserva su potencialidad productiva y de hecho es la mayor generadora de riqueza, por lo menos en el área agropecuaria, pueden considerarse espantosos los contrastes cuando se analizan los indicadores de pobreza estructural. Más de 3 millones de hogares no cubren sus necesidades básicas y la mayoría de ellos están concentrados en el conurbano bonaerense.
La situación de la mujer, como género, es particularmente grave: más de la mitad del analfabetismo corresponde a las mujeres (más del 10% de las mujeres en edad fértil no completó el ciclo primario de educación y más del 30% sólo completó sus estudios primarios). Las connotaciones en cuanto al acceso a las oportunidades de trabajo e inserción en el mercado laboral, son obvias. Una población sin educación tiene cada vez menos acceso al trabajo, y es cada vez más dependiente de la "beneficencia" de los grupos de poder que con denominados "planes" condicionan sus decisiones y su libertad y los usan para permanecer precisamente, en el poder, como un círculo vicioso de ignorancia, pobreza, dependencia y corrupción.
Es conocido que a menor nivel de escolaridad, más jóvenes muy jóvenes forman parejas, con las consecuencias de madres inmaduras no sólo física sino psíquicamente. Se alimenta el círculo vicioso de la pobreza y la exclusión. Cuando no, ante la falta de horizontes y de alternativas, hace su incursión la droga-dependencia y crece la marginalidad.
El transcurrir del tiempo sólo ha agravado la decadencia en la provincia de Buenos Aires. Sin ideas, sin preparación y sin capacidad de gestión una dirigencia política sin más compromiso que sus privilegios se empeña en perdurar y acentuar la inercia. La inseguridad es consecuencia no sólo de la pobreza creciente, su origen indiscutible, sino de la incapacidad gubernamental para hacer aplicar la ley o justamente la conveniencia de no aplicarla, para los grupos de poder.
Típico de los "venidos a menos": se gasta mucho y mal. El Gobernador anuncia que se harán autopistas para ingresar desde la ruta 2 (Mar del Plata – Bs. As.) a balnearios como Pinamar. La producción mientras, espera que salga el sol para que se sequen los caminos rurales. Las pequeñas empresas desfallecen agotadas por la presión impositiva, voraz e implacable. Los ríos con su podredumbre contaminan las napas y enferman a la población.
Típico de cabezas frescas, de los que fueron pudientes y siguen gastando mucho y mal. Sigue el gobernador empeñado en que Buenos Aires sea una provincia "venida a menos".
¿Venidos a menos? ¿Hasta cuándo?
Hasta romper el círculo vicioso de ignorancia, pobreza, compra venta de votos.
Las rupturas, requieren energía y decisión, la inercia se rompe también con una fuerza por lo menos igual y de sentido contrario. Difícil, pero no imposible...
Cada crisis es una oportunidad. Es tiempo de prepararse, pues como dijo un gran maestro: la oportunidad suele pasar queda... ¡guay de quien no la aproveche!
Lic. Biol. Norma H. Rodríguez
2004
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