¿CRECE ARGENTINA?


Una parte de la población cada vez más grande, especialmente la urbana y suburbana está endémicamente sujeta al "síndrome de pobreza". El acceso a la educación en la escuela pública, a la vivienda y hasta al agua potable transforma a vastos sectores humildes en miserables desposeídos de los más elementales derechos humanos. El hacinamiento y la proliferación del comercio y consumo de drogas los condenan a la marginación generando una violencia al interior de la sociedad cada vez más profunda, cada vez más grave.
Los niños nacidos en estas condiciones carecen de las más elementales posibilidades de sano desarrollo físico y social, al punto que en ciertos asentamientos, a pocos kilómetros de la Plaza de Mayo los índices de mortalidad de menores de un año son alarmantes.
 La cuenca del río de La Matanza - Riachuelo es toda una exposición de pérdida de patrimonio natural y de riesgo sanitario para la población mientras huecas discusiones se suceden en los más altos niveles políticos y mediáticos y se confirma a funcionarios sospechados de ignorancia y dudosos manejos del erario público en altos cargos.
¿Crece un país en el que los niños están condenados desde el mismo momento del parto y hasta de la concepción?
¿Crece un país en el que los ríos, después de cinco años de crecimiento del PBI y millonarias reservas, siguen siendo cloacas sin solución de continuidad como ocurre en la cuenca del Reconquista?
¿En qué crece un país en el que  las aguas negras y los efluentes industriales y peligrosos siguen siendo volcados al río que provee agua de bebida a millones de habitantes?
¿Crece un país que ve drenar como en un gran colador a sus recursos pesqueros desde la milla 200 sin inmutarse afectando seria e irreversiblemente su patrimonio natural? ¿Con qué plata van a reponer las merluzas en el mar argentino, el trabajo de las poblaciones costeras y el equilibrio de nuestro ecosistema marino?
¿Crece un país en el que el PBI crece pero menos vertiginosamente que la extensión de la frontera agrícola en el Chaco seco que lleva transformadas 175.000 hectáreas en monocultivos que amenazan seriamente el ciclo del agua, la biodiversidad y la estabilidad y funciones del suelo?
 ¿Es crecimiento seguir desforestando los Yungas y el Chaco húmedo, para monocultivos que jaquean la seguridad alimentaria y aumentan el riesgo de inundaciones como las que ocurren en el norte argentino,  al tiempo de escribir este informe?
 ¿Crecen nuestras provincias, como Misiones, por ejemplo en la que sólo queda menos del 10% de selva y se pone en juego la biodiversidad de modo irrecuperable?
¿Qué es lo que crece cuando se está alterando la geografía económica y cuando aumenta día a día el número de refugiados ambientales en los cordones de miseria de las grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario, Tucumán?
¿Qué tipo de crecimiento es el que hace que una nación no defienda sus costas, sus playas, sus paisajes y permita la depredación por la avaricia del corto negocio inmobiliario de alta gama (y de baja cama, como diría el poeta)?
Si de los parámetros macroeconómicos se trata, es mejor aprender de la experiencia ajena, que la propia es cara y llega tarde.
El agua no se compra con dinero. El acceso a ella es realmente un derecho humano, además de un derecho constitucional en cuanto hace a un ambiente sano. Los servicios de los bosques en cuanto a la protección del suelo, la recarga de los acuíferos y el mantenimiento de la fauna, la prevención de las inundaciones tampoco son bienes negociables.
La enfermedad tiene un precio en las planillas de seguros pero... ¿crece una sociedad de enfermos?
Tarde llegarán los que todo lo miden en términos de índices macroeconómicos y reducen la vida y el futuro a modelos econométricos fácilmente explicables desde el fracaso del día después. Vendrán entonces a calcular los índices de la miseria que supimos adquirir.

Lic. Biol. Norma H. Rodriguez
Año 2008